¿Cansado de ver LEDs en todas partes? LEDs en la tele, LEDs en juguetes, LEDs en las luces de tráfico, en faros de automóvil, en teléfonos móvil, en cada pequeño aplique de luz de casa, en tiendas, museos, y un largo muy largo etc.
¿Te has parado a pensar en que el LED ha conquistado hasta el último rincón de aquello que requiere un punto de luz?.
Y es que la Tecnología en Iluminación LED ha avanzado a pasos de gigante en los últimos años. Gracias a su reducido tamaño, capacidad para generar luz y la variedad de colores que podemos generar, los LEDs son cada vez más usados ya que presentan un sinfín de auténticas ventajas.
Así que, si eres de los que aún desenroscan bombillas tradicionales en casa, en el trabajo o dónde sea, presta atención porque después de leer esto, será la última vez que lo hagas.
>Mayor duración
La vida útil de los LEDs depende en gran medida de las condiciones de uso específicas, entre ellas, las más importantes son la potencia y la temperatura interna y, por consiguiente, la temperatura ambiente. Además, las bombillas LED no tienen filamentos u otras partes mecánicas de fácil rotura y fallo por “fundido” por lo que no existe un punto en que dejen de funcionar. Hoy en día, a un LED de calidad se le presupone una vida útil de 50 000 horas, hasta que su luminosidad decae por debajo del 70%, eso significa entre 10 y 30 años en una aplicación de 10 horas diarias 300 días/año, reduciendo considerablemente los costes de mantenimiento y remplazo.
>Mayor eficiencia energética
Ahorran más, gastan menos: esta es la realidad
La Iluminación LED consume un 80-90% menos de electricidad que una bombilla corriente de similares características. Esto significa un 90% de ahorro en la factura eléctrica.
Con las lámparas de LED se ha conseguido una mayor eficiencia lumínica, llegando a tener hasta 150 lúmenes por watt en las lámparas de alta eficiencia y de 80 lúmenes por watt en las comunes. Con esto se optimiza el uso de la luz emitida y se reduce el consumo de energía y la contaminación.
>Bajo consumo
Consumen 2,5 veces menos que una bombilla de bajo consumo convencional y 8,9 veces menos que una bombilla incandescente de las de toda la vida. Esto conlleva un impresionante ahorro económico que puede llegar al 90% en la factura de la luz y una rápida amortización de la inversión.
>Baja emisión de calor
El LED se alimenta a baja tensión, consumiendo así poca energía y por lo tanto emitiendo poco calor. Esto es debido a que éste es un dispositivo que opera a baja temperatura en relación con la luminosidad que proporciona.
En los os demás sistemas de iluminación tradicionales, sólo un pequeño porcentaje de la energía que consume se dedica a la luz, la mayor parte “se pierde” produciendo el calor necesario para calentar el propio filamento.
>Reproducción de colores de alta calidad
El CRI es una unidad que mide la capacidad de una fuente de luz para reproducir los colores de objetos de manera fiel en comparación a una fuente ideal de luz, o fuente natural como la luz del sol.
El CRI es determinado en valores desde el 0 hasta el 100, siendo 100 el valor “perfecto”. Las bombillas LED poseen un CRI alrededor de 90, consiguiendo que se aprecien mucho más los matices de la luz. En cambio, la obtenida por fluorescentes y bombillas llamadas de «bajo consumo», además de no ser instantáneas en su encendido, poseen una luz muy poco natural, con un CRI muy bajo en torno a 44.
>Encendido instantáneo y sin parpadeo
Las lámparas fluorescentes no emiten inmediatamente todo su flujo luminoso desde el momento en que se encienden. En contraste, los equipos de Iluminación LED reaccionan inmediatamente a los cambios en el suministro eléctrico.
Una vez encendidos, alcanzan en un instante su flujo luminoso máximo, con lo que son sumamente adecuados para aplicaciones con encendidos y apagados frecuentes, ya que esto apenas afecta a la vida su vida útil.
Cada vez que se encienden y apagan las lámparas fluorescentes, pierden una pequeña parte del material emisor, esto se puede apreciar, por ejemplo, en el oscurecimiento de los extremos de la lámpara.
En espacios con presencia de corta duración, como cuartos de baño o pasillos, la frecuencia de sustitución de las lámparas fluorescentes aumenta llamativamente.
Los LEDs no plantean este problema, ya que son componentes electrónicos y no les afecta la conmutación frecuente. Esta característica, los hacen particularmente idóneos para el uso conjunto con sistemas de apagado y encendido por detección de movimiento.
>Fácilmente regulables
Los LEDs pueden regularse de manera eficaz en un amplio intervalo (casi desde el 0% al 100%) o controlarse de forma dinámica empleando métodos de regulación estandarizados como DALI, 0…10 V.
El ser regulable permite además, el control del gasto energético y la creación del ambiente deseados según el momento o el lugar.
>Respetuosos con el medio ambiente.
De acuerdo con los resultados de ACV*, en comparación con otras fuentes luminosas, los LEDs tienen potencial para que su huella ecológica sea en el futuro la más pequeña de todas. Además son totalmente reciclables y ecológicas ya que no contienen mercurio ni materiales tóxicos como las lámparas fluorescentes.
*ACV: Análisis del Ciclo de Vida; examinan el impacto ecológico de un producto desde su producción hasta el reciclaje y procesamiento.
>Versatilidad
Este sistema de iluminación ofrece todo tipo de posibilidades en cuanto a diseño, potencias, colores, intensidades y además, un sinfín de variedad en producto para que podamos escoger lo que mejor se adapte a nuestras necesidades.
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